viernes, noviembre 7
Sincronía divina
En el desarrollo del camino espiritual aquí en la tierra, existe una maravillosa y poderosa herramienta que podemos utilizar, ésta se llama: Sincronía Divina.
La sincronicidad es un principio de conexión no causal, una coincidencia significativa en la que está implicado algo más que todas las posibilidades aleatorias.
Experimentar la sincronía divina es la ocurrencia simultánea de eventos que corresponden a un mismo sentido, sin que haya entre ellos relación de causa y efecto.
Aunque a veces concibamos nuestra vida como completamente planeada, hay sucesos que moldean nuestro destino de manera que, quizá, nunca imaginamos.
Si admitimos la idea de la sincronicidad, entonces nuestra vida tiene sentido, así todo acontecimiento y persona que intervenga en la vida obedecen a un sentido.
Los acontecimientos sincronizados son una señal de que nos hallamos recorriendo el sendero adecuado y que somos participes de una red cósmica interconectada.
La sincronía divina se define como la simultaneidad de extraordinarias coincidencias en sucesos de la vida, en sintonía con nuestro Creador y el universo mismo.
El acceso al flujo de la sincronicidad yace en el núcleo de nuestra existencia y la sincronía divina es una ley que funciona desde los pequeños detalles cotidianos.
Las coincidencias de manera cotidiana, pueden ser confirmaciones de que el universo mismo te reserva planes mucho más grandes de lo que jamás soñaste.
Así pues, el concepto de sincronicidad es el sentido especial de coincidencias de sucesos relacionados entre sí de una manera no causal y con significado.
Aunque la sincronía es lo que comúnmente llamamos casualidad, debemos saber que en realidad todo sucede por alguna razón más allá de nuestra comprensión.
La sincronía divina es una experiencia extraordinaria porque nos damos cuenta que nuestra vida responde a un patrón de posibilidades infinitas significativas.
Desarrollando las habilidades con las que Dios nos diseñó, nosotros estaremos alineados con la frecuencia espiritual del auténtico patrón divino original.
Aquí y ahora estamos dedicados a la manifestación de energía que hace que nuestro camino coincida con los diferentes universos armónicos.
Experimentado esta sincronía, ahora cada coincidencia que ocurre en nuestra vida es portadora de un mensaje sobre el potencial milagroso de cada instante.
Vibrando en la frecuencia de la sincronía divina nos daremos cuenta claramente de lo que antes ignorábamos, estando en sintonía con nuestra verdadera misión.
Dios nos ha regalado el libre albedrío, este consiste en un proceso voluntario y consciente de seleccionar lo que nosotros decidamos en la vida.
Dios ha dejado a los seres humanos libres para tomar la dirección y el rumbo de su propia vida, ya que él no ha creado “robots” a su disposición.
Por tanto, es el hombre mismo quien, con plena autonomía, decide con acciones estar en sintonía con su Creador o excluirse voluntariamente de una comunión con Él.
Así desafiando a lo que ‘se vende’ a nuestros sentidos físicos, mejor escuchemos a la conciencia interior, a esa voz que proviene de nuestra propia esencia divina.
Aquí y ahora en esta experiencia, nuestro Creador nos da la oportunidad de tener una relación personal con él y poder verdaderamente cumplir nuestra meta eterna
Nuestra meta es realizar nuestro verdadero significado en la vida y desarrollar nuestro autentico propósito trascendental, desde nuestro lugar en el universo.
Ahora estando en sincronía con Dios, realizaremos nuestro verdadero propósito, desarrollando nuestro “Ser” espiritual desde este plano físico.
El cambio mental para la sincronía consiste en pasar de ver un mundo hecho de cosas predecibles a ver un mundo de posibilidades infinitas a nuestro alrededor.
Cuando modificamos nuestros pensamientos acerca de algo, de forma inesperada pueden ocurrir cosas relacionadas con ese cambio de actitud mental.
Cada pensamiento que creamos contiene energía, nosotros como seres de energía atraemos a nuestra vida todo lo que está en nuestra misma frecuencia.
Vibrando en este frecuencia alta con expresiones de conciencia, aumentaremos la potencia de nuestras vibraciones sincronizado todas nuestras frecuencias.
Una persona alegre, optimista, simpática y de actitud constructiva, vibra de manera positiva, sus pensamientos son armónicos y su presencia es radiante.
El universo está repleto de recursos capaces de empatar con esas vibraciones que nosotros emitimos, si vibro con alegría, atraigo más circunstancias alegres.
Sincronizando pensamientos que me provocarán alegría, atraeré personas que están alegres y aumentaremos juntos la alegría de cada uno.
Este experiencia de sincronía surge bajo la ley del Uno, sincronizando en la evolución de la conciencia y la experiencia de la auto-maestría.
Cuando entramos en sincronicidad con el universo, a través de nuestro cambio interno; los llamados "milagros” comenzaran a surgir en la vida de forma cotidiana...
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