Nuestro país atraviesa una crisis de anomia social, carece de un referente y proyecto común que integre a sus habitantes y lo reencuentre con su vocación histórica de país fundacional y generador de civilización. Ante este vacío se entroniza gradualmente una subcultura informal que domina la política, la economía, las artes y el comportamiento cotidiano de sus habitantes. Se está olvidando nuestra rica herencia multicultural para adoptar estilos de vida mercantilistas, habitamos hacinadas ciudades en donde se sacrifican la convivencia social y al medio ambiente. Nuestra prodigiosa biodiversidad en el mar, ríos y lagunas, valles, selvas y punas se encuentra amenazada por un crecimiento económico que depreda y poluye. Prima entre nosotros la división, el irrespeto, la corrupción, el maltrato y la desconfianza, se mantienen aún los prejuicios coloniales que nos confrontan en castas, clases y linajes.
Guardamos sin embargo una promesa de destino común e integración humana, el arte nacional ha reflejado fiel este sueño y sentimiento profundo de nuestro país. Así como el colibrí prueba y fecunda las más diversas y bellas flores, Q´ente siente que los peruanos conociendo, recreando y compartiendo nuestro arte y manifestaciones culturales, avanzaremos hacia un sentimiento común, una identidad enraizada en nuestro múltiple acervo cultural y étnico.
Consideramos que al Cusco, capital histórica de nuestra civilización, le corresponde retomar su rol integrador de pueblos y culturas, vocación que se remonta desde tiempos inmemoriales con los reyes Pirhuas, Amautas, Ccapac y en los Incas del Tahuantinsuyu, en la creación de la cultura mestiza del Virreynato, en la generación del indigenismo e importantes movimientos sociales durante el siglo XX. Esta importante tradición se ha interrumpido, ha declinado la ascendencia del Cusco sobre la vida nacional y continental y se intenta reducirlo a su dimensión turística, una avasalladora actividad comercial irrespeta su patrimonio histórico y cultural.
Es tiempo de armonizar el reto de la modernidad con nuestras raíces, al lado de las exigencias del desarrollo nuestra herencia cultural nos inspira a reasumir ancestrales sus conceptos incluyentes y de reciprocidad. Convocamos a todas las instituciones regionales, cívicas, culturales y artísticas confluir en el Cusco para que reasuma su rol histórico de capital de la interculturalidad, que desde esta ciudad milenaria se vuelva a preservar, recrear y difundir el arte y cultura de todos los confines de la patria grande y ello sea cimiento del renacer que todos esperamos...
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